lunes, 20 de agosto de 2012

Agosto

Ya está terminándose este extraño verano. En breve llegarán los exámenes de septiembre y tras ellos el inicio de un nuevo curso.
Obviamente no estoy tan nerviosa como el año pasado que todo era nuevo y había que conocer a mucha gente nueva, mis compañeros de piso, la convivencia... Ahora se supone que todo es más fácil, que ya se cómo va el tema en la casa, cómo son mis compañeros de clase, tengo amigos con los que hablar y comentar el verano...esas cosas. Aún así tengo dentro algo que me está advirtiendo que las cosas este año van a cambiar mucho y todo va a ser diferente, lo que no se es si esta sensación es de un cambio a mejor o a peor.

No voy a negar que esa independencia que se tiene al vivir fuera de casa viene estupendamente y lo agradezco un montón porque para como están últimamente las cosas en mi casa es mejor poner distancia de por medio y los gritos, chillidos y demás mejor por teléfono. Pero claro, por otra parte está que va a pasar lo mismo del año pasado. Al principio de curso la primera semana es de presentaciones y cosas así y en el fondo luego por las tardes se podría quedar para irse a dar una vuelta, reunirnos los amigos a merendar y cosas así pero claro mis amigos están un poco lejos de mi para poder hacer esas cosas y ya me queda conformarme con los fines de semana que pueda quedar con ellos.

Y sabéis lo peor y algo que me da mucho coraje? echar de menos!! XD Porque si, yo hablo todos los días por msn/tuenti/ lo que sea con ellos pero llega el momento en los que se echa muchísimo de menos porque o tengas un día tonto o simplemente se te apetece verlos en persona y no puedes quedar con ellos y claro es un mojón.
Bueno luego están los días de: hoy me siento cariñosa quiero dar abrazos y besos pero claro tampoco! XD  y diréis: para eso están los amigos de allí. Pues no! porque los amigos de allí son tras un año de confianza escasa y contacto físico 0 (no los culpo ni mucho menos porque yo antes era así y es algo totalmente respetable) aparte de que cada uno tiene su vida y su historia y con la que más afinidad tengo y tal vive en una residencia con otras personas y ya con las muestras de cariño que da ahí dentro va sobrada, que me lo dijo un día XD así que solo me queda coger a mi peluche de turno y dormir abrazada a el que oye, no es lo mismo pero al menos en el momento se te pasan las ganas.


En fin, las cosas psicológicas por ahora van bien, quiero decir que estoy haciendo todo cuanto me están diciendo y mañana vuelvo a ir y encima antes tengo cita con el psiquiatra quien se supone que ha de recetar antidepresivos pero oye que no, que no estoy a tal nivel ni de coña no voy a consentir que me manden drogas porque es lo que son. Le daré todas las razones del mundo que quiera, me esforzaré el triple en estar bien, en mantener la mente ocupada en lo que sea necesario pero ni quiero ni me veo en la necesidad de llegar a tal extremo. Ella me dijo que me veía al borde de una gran depresión y lo siento pero difiero en esa opinión. Puedo tener días mejores y peores, sueños mas violentos y pesadillas horribles pero no estoy a nivel de depresión porque eso son cosas que se notan, se te quitan las ganas de comer, de ver nada, de hablar con nadie, de salir, de reír, de pasártelo bien... y yo que quieres que te diga, no tengo problemas de comida, me llevo todo el día charlando, riéndome por tonterías, queriendo salir, pasármelo bien... es que no, que no tengo las características de una persona que va a entrar en una depresión por mucho que ella diga y muy profesional que sea, también puede equivocarse.


Hoy (dios que descontrol de cosas que estoy contando, salto de un tema a otro sin sentido XD) al levantarme de la siesta vi a mi madre rebuscando en los cajones del cuarto de mis abuelos. Ese cuarto que me duele la boca de decirles que a ver si lo quitan ya y ponen el salón grande como estaba antes o montan bien esa habitación para invitados. Estaba rebuscando en los cajones de mi abuela concretamente y vi que había sacado un montón de pulseras, collares y cosas de esas y las tenía amontonadas. Me acerqué y me dijo que mirase si había ahí algo que fuese mío porque eran las cosas que la abuela se enfadaba y nos la había ido quitando y escondiendo. Efectivamente había muchas cosas mías, la mayoría eran chorradas de anillos de juguetes, unos pendientes de plástico que hicimos en manualidades en el cole y una pulsera que me ha hecho toda la ilusión del mundo encontrar. Es una pulsera que me regaló mi abuelo cuando cumplí 8 años de plata y me acuerdo que mi abuela me castigó y me riñó un montón porque decía que la había perdido en el colegio con to el trabajo que le había costado a mi abuelo comprármela. La verdad es que no me acordaba haberla perdido pero tampoco lo iba a negar porque en fin, una pulsera puede abrirse y que se te caiga y la has perdido. Pero mira tu por donde la tenía ella guardada... Así que he cogido la pulsera con todo el cariño del mundo y me la he puesto, porque si, me sigue estando buena XD Cada vez que mire mi muñeca y la vea me acordaré de el y oye, eso me saca una sonrisa.


Besitos :)

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