sábado, 19 de febrero de 2011

No corras tanto que al final...tropiezas

Te confias, te confias, corres te piensas que las cosas han mejorado y entonces...ZASS te caes de bruces.
Eso ha sido lo que me ha ocurrido otra vez.
Me creí que había avanzado lo suficiente como para poder ver una escena de eso en una película normal pero no, no fui capaz.
Ya de por si el titulo y la sinopsis me descolocaron bastante pero me dije, son las 2 de la mañana, te vas a poner a ver peli con un amigo, hace dos semanas viste otra en la que aparecía algo semejante y no salio nada y la vistes tan tranquila, estás haciendo progresos, no va a durar toda la película...que puede pasar?

Pues pasó lo que no quería que pasase. Toda la película centrada en lo mismo, del tema ese no salia, y a medida que avanzaba se ponía peor y para mi punto de vista mas explicita.
Aguanté todo lo que pude intentando calmarme, respirar, verlo solo como una película mas... hasta que las barreras se rompieron y acabé llorando.
Y no quería, que rabia me dio!!!!! Rabia y vergüenza porque me viese llorando de nuevo. Ya me vio llorar en anteriores ocasiones y me prometí que me controlaría en su presencia y en la de cualquier otra persona. A nadie le gusta ver, ni que te vean llorar; la otra persona porque es como si estuviera en la obligación de quitarle hierro al asunto y tu porque en fin...tienes que parar cuando en verdad te apetece estar un rato más echando unas cuantas lagrimas porque lo necesitas, necesitas desahogarte.
Hay muchas formas de desahogarse y la mía es llorando en silencio. Es la única forma en la que logro calmarme y cuando ya lo echo todo soy capaz de pensar fríamente.

La psicóloga me dijo que llegaría el momento en el que podría ver cosas así tan tranquilamente y no sentir nada, pero creo que mi momento aun no ha llegado sinceramente. A la vista está.

Pero en fin... todo a su tiempo supongo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario